Frase de la semana

“A veces es evidente que el ego no quiere que nada cambie, para poder seguir quejándose”.

Eckhart Tolle

 

Esta profunda reflexión de Eckhart Tolle nos invita a explorar una de las dinámicas más comunes en el desarrollo personal y profesional: la resistencia al cambio impulsada por nuestro ego.

¿Qué es el ego?

El ego, en términos simples, es esa parte de nosotros que busca la identidad en las experiencias, en la comparación con los demás y en la construcción de una narrativa personal que nos defina. Es un mecanismo de defensa que creamos para protegernos del dolor y la incertidumbre. Por eso, el ego a menudo se resiste al cambio, prefiriendo quedarse en una zona de confort, incluso si eso significa perpetuar situaciones de insatisfacción, limitando y saboteando nuestro crecimiento.

En el coaching ontológico, se establece una clara distinción entre la víctima y el protagonista:

La víctima: Se enfoca en el pasado, busca culpables, se siente impotente y se resiste al cambio.

El protagonista: Asume la responsabilidad de su vida, se centra en el presente, busca soluciones y construye su propia realidad.

Cuando nos identificamos con la víctima, permitimos que el ego dicte nuestras acciones y pensamientos, manteniéndonos atrapados en un ciclo de frustración y resentimiento. En cambio, al asumir el rol de protagonista, tomamos las riendas de nuestra vida y elegimos un camino de crecimiento y transformación.

Para pasar de víctima a protagonista, es crucial trabajar en la transformación del ego. Esto implica:

Tomar conciencia: El primer paso es reconocer cuándo estamos cayendo en el patrón de la queja y cómo nuestro ego está alimentando esta dinámica. Nos sentimos atrapados, pero también legitimados para no actuar. Frases comunes son: “Si las cosas fueran diferentes, yo estaría mejor”.

Cuestionar nuestras creencias: Muchas de nuestras quejas se originan en creencias limitantes que hemos adoptado a lo largo de la vida. Es importante cuestionar estas creencias y desafiar su validez. Frases comunes son: “No puedo enfrentar este desafío”.

Asumir la responsabilidad: En lugar de buscar culpables, debemos hacernos responsables de nuestra propia experiencia. Esto no implica culparnos, sino reconocer nuestro poder para generar cambios positivos en nuestra vida. Una frase común desde el rol de víctima es: “Es culpa de ellos, no puedo hacer nada”.

Enfocarnos en el presente: La queja a menudo nos mantiene atrapados en el pasado o preocupados por el futuro. Al enfocarnos en el presente, podemos romper este ciclo y conectar con lo que realmente importa.

Cultivar la gratitud: Practicar la gratitud nos ayuda a cambiar nuestra perspectiva y a apreciar lo que tenemos en lugar de centrarnos en lo que nos falta.

Que esta semana puedas reflexionar con estas preguntas: ¿Qué me impide soltar el relato que perpetúa mi insatisfacción? ¿Qué podría ganar si abrazara el protagonismo en lugar de alimentar al ego y mantenerme en el rol de víctima?

¡Que tengas una buena semana!

 

 

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También podés escuchar esta frase en: https://youtu.be/xbfL8di04Bk